jueves, 3 de febrero de 2011

Miscelánea de neuras del día después


Al margen de los fichajes y la recién fenecida eliminatoria de Copa con el Real Madrid, desarrollada y culminada conforme al guión habitual (oficial) para estos casos, la actualidad deportiva sevillista ha estado marcada en los últimos días por las declaraciones del Presidente, José María del Nido, en torno a la posibilidad (quizás más bien, su deseo) de que Joaquín Caparrós retornase al banquillo del primer equipo blanco, en un futuro no muy lejano.

Respecto a la oportunidad de tales declaraciones, hay opiniones para todos los gustos dentro de la familia blanquirroja, desde quienes lo consideran una llamada de atención al actual técnico nervionense, Gregorio Manzano, a los que lo consideran, simplemente, una respuesta sincera (y nada nueva, por cierto) a una pregunta lógica del entrevistador, teniendo en cuenta que se trataba de una información confeccionada para el diario El Correo Vasco.

Personalmente, estoy más cerca de lo último, más que nada porque Manzano tiene contrato hasta final de temporada, pero sin compromiso alguno de renovación, ni siquiera por objetivos. Siendo realistas, la Champions está inalcanzable igual que resultaría increíble no clasificar para la UEFA Europa League (a la que supongo que, después de lo de ayer, se sumará el séptimo clasificado), por lo que, salvo milagro o desastre de los que hacen época, jugaremos la segunda competición europea el próximo año, con tiempo por delante para planificar la titularidad del banquillo y los necesarios ajustes (recortes) de plantilla.

Al hilo de todo esto, comentaba con unos amigos la sensación íntima de que, tanto las semifinales copera con el equipo madridista, tal y como se han desarrollado, como la idea de un Sevilla nuevamente comandado en lo deportivo por Joaquín Caparrós, me han recordado los inicios de la etapa presidencial de Del Nido, cuando nuestro Sevilla era aún ese Sevilla que no había ganado todo lo que vino después. Ese Sevilla que muchos pensábamos sería para siempre, seguiría siendo, especialista en morder el polvo en el momento y en las instancias más inoportunas.

Dicen que la historia se repite, y como si se tratase de un argumento circular, parece que nos obstinamos en confirmar ese viejo aserto, volviendo a ser masacrados a las puertas de la gloria por el poderoso club de Florentino, sin haber puesto, eso sí, de nuestra parte, toda la carne en el asador, porque el equipo no ha estado a la altura, en mi humilde opinión, y encaja mucho peor que antes cualquier puñetazo en la boca del estómago, en forma de arbitraje ruin o demencial ataque mediático. Tampoco hicimos todo lo que pudimos en aquella semifinal de 2004, sobre todo en la ida del Bernabéu, que finalizó precisamente con el mismo deprimente resultado que anoche embargó al sevillismo.

Aún así, la ejecutoria copera del todavía vigente campeón ha sido excelente, habiendo alcanzado las más altas cotas que el entramado mediático-futbolístico español está dispuesto a ceder: las migajas. El duopolio ya tiene su final teledirigida, sin duda alguna, un eficaz narcótico en manos de las televisiones, radios, y demás prensa amarilla al servicio del rodillo madridista, para paliar el desastre de una cuesta de enero histórica, que ha visto la liga finiquitada por vía sumarísima a manos (corrijo, manita) de Messi y su cuadrilla, un monstruo creado, no lo olvidemos, gracias a la soberbia de su propia víctima.

Así pues, nos espera una cuaresma en la que, salvo que cambien mucho las cosas en el torneo de la regularidad, asistiremos al enaltecimiento sin límites del “clásico” (gracias Valdano), nunca antes ni después más importante que ahora. Y eso es dinero, ingentes cantidades de dinero, sucio dinero, eso sí, para los medios, para sus patrocinadores, para la Federación que vela por los intereses ecuánimes de todos sus afiliados, para el duopolio. ¿A quién le importa lo demás? No estuvimos a la altura, sí, ya lo he comentado con anterioridad, pero ¿alguien piensa seriamente que si lo hubiésemos estado, nos habrían dejado participar en la final?

2 comentarios:

  1. No hicimos grandes partidos pero hicimos dos goles. Ellos tres. Claro que como dice Santi Nolla, director de Mundo Deportivo, Los goles del Sevilla no valen (http://www.elmundodeportivo.es/gen/20110203/54109490443/opi/los-goles-del-sevilla-no-valen.html).

    Yo el miercoles santo, por despecho, pasaré de ver su final teledirigida. Seguro que mi novia me lo agradece.

    ResponderEliminar
  2. Buenas, está un poco parado el blog. Te recomiendo un tema, el partido contra el Oporto en el que Marcelo Campanal termina dos días en el calabozo.
    Un saludo.

    ResponderEliminar