domingo, 12 de diciembre de 2010

El clasicismo


De todas las definiciones posibles de clasicismo, me quedo con la de Rafael el Gallo, filósofo permanente y torero ocasional:

-Maestro, qué es lo clásico.

-Lo que no ze pué jazé mejón.

Aplicada esta sencilla máxima a una época concreta y a nuestro Sevilla F.C., podemos calificar sin duda como clasicismo el periodo comprendido entre 1.935 y 1.956.

Más concretamente, desde la temporada de nuestro debut en Primera División y simultáneo doblete copero en Chamartín, hasta el fallecimiento del Presidente Ramón Sánchez-Pizjuán.


21 años más o menos, que dieron para:

3 títulos de Copa de España (1.935, 1.939 y 1.948) y 1 de Liga (1.946).

1 subcampeonato de Copa (1.955).

1 subcampeonato Copa Eva Perón (1.949).

3 subcampeonatos de Liga (1.940, 1.943 y 1.951).

1 tercer puesto en Liga (1.944).

2 cuartos puestos en Liga (1.955 y 1.956).

5 quintos puestos en Liga (1.935, 1.941, 1.948, 1.953 y 1.954).

2 semifinales de Copa (1.946, 1.954).

Ningún título europeo por la sencilla razón de que los campeonatos se instauraron después.

No hay más que comprobar el posterior éxito continental de equipos como el R. Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza o A. Madrid para afirmar, sin duda alguna, que nuestro Sevilla, con su nivel de esta época, hubiera agarrado plata en cualquier competición europea que se le hubiera puesto por delante.

Tanto como que siendo ya un equipo en declive, en la temporada 56-57, llegamos a cuartos de final de la Copa de Europa, y fuimos eliminados por una encerrona invernal del gran R. Madrid de Bernabéu.


Jugadores míticos como Eizaguirre, Campanal (Guillermo), los “stuka”, Alconero, Arza, Mateo, Busto, Domenech, Araujo, Pepillo, Antúnez, Campos, Valero, Loren, Campanal (Marcelo), Ramoní, Guillamón, Ruiz Sosa, Herrera, Eguiluz, etc.

Entrenadores de la talla de Encinas, Brand, Caicedo, Campanal o Helenio Herrera.

Dirigentes como Sánchez-Pizjuán, Sánchez Ramos, Leal Castaños, Otero, Montes, etc.

Y una afición exigente, dando el callo a las duras y a las maduras.


Un gran Sevilla, en definitiva, por encima de los títulos conseguidos, que también fueron muchos.

De tan rotunda grandeza que su leyenda alimentó a varias generaciones de sevillistas hasta que en mayo del 2006 pudieron ver sus sueños hechos realidad.

Yo me encontraba entre ellos.

Eternamente gracias.

1 comentario:

  1. Fuimos grandes. Caimos y volvimos. Seguimos siendo grandes. Nunca hemos dejado de serlo. Nunca dejaremos de serlo aunque volvamos a caer.

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